Es inevitable, tener responsabilidades nos llevará a experimentar ansiedad en algún momento de la vida y más aún cuando hablamos de estudiantes universitarios. Si bien ser estudiante es una de las mejores etapas de la vida, este momento también viene cargado de muchas obligaciones que mal manejadas te pueden llevar límite.
No te preocupés, aunque la ansiedad sea un digno enemigo y no te deje ver cómo superarlo, ¡sí es posible controlarla! Lo primero que tenés que hacer es conocer cómo actúa y qué produce en vos, para así mismo ver los puntos en los que debés hacerte más fuerte.
La ansiedad es un estado en el que prima la anticipación, los nervios y el desespero. Es como si tuvieras una alarma muy sensible que se activa ante la más mínima situación. El objetivo es dominarla de a pocos para que esa alarma sea cada vez más pequeña; apenas para tener una alerta respecto a una situación, sin dejar que esto te robe la paz.
También va ligada a la personalidad de cada quien; unos son capaces de controlarla, mientras que otros no puedes evitar entrar en shock.
Te daremos algunos consejos y hábitos para que le hagas frente a la ansiedad:
La ansiedad se alimenta de la espera y los aplazamientos. Es un círculo vicioso que comienza con el miedo que sentís al empezar algo; este mismo miedo te lleva a aplazar lo más posible y durante este tiempo tu cabeza se llena de pensamientos de dudas y estrés respecto a lo que no has hecho, pero que en definitiva sí tenés que hacer.
En conclusión, procrastinar es darle tiempo a la ansiedad para que crezca.
Ya teniendo claro el anterior punto, lo mejor que podés hacer para esquivar la ansiedad es ser vos quien mueva la primera ficha del tablero; tan pronto llegue una responsabilidad comienza a desarrollarla lo más pronto posible. Cuando hacés esto, automáticamente tu cerebro ve que esta responsabilidad no es nada del otro mundo y llegarán a vos pensamientos de calma.
Sabemos que lo más difícil de hacer algo es comenzar, por eso en este momento debés poner todo tu empeño y comenzar como sea. ¡A veces es tan sencillo como encender tu computadora para que tu cerebro se disponga a trabajar!
Lo que veías tan grande e imposible, ahora se hace posible.
La ansiedad tiene sus efectos, pero vos tenés la inteligencia de tu lado. Pensá en esas últimas situaciones que desataron tu ansiedad, ahora tratá de detectar qué fue lo que encendió esa alarma de pánico.
Por ejemplo, si se encendió a la voz de un examen final, ya sabés que por las fechas de estos debés estar preparado, positivo y listo para aplicar todos los puntos aquí descritos.
Cuando sabemos cuándo y desde dónde vendrá el siguiente “golpe de ansiedad” nos será más fácil asumirlo y superarlo.
Hablemos del momento máximo de ansiedad, cuando sentís que eres 100% desespero y no ves soluciones. Aquí tenés que buscar la calma a como dé lugar, no importa la solución de la situación, sino tu calma. Una vez estés tranquilo podrás sentarte a pensar en soluciones.
Salir a caminar, escuchar música o simplemente armar un plan que te guste te podrá ayudar a volver a entrar en calma. Lo importante es que seas consciente de cuándo estás en el máximo de ansiedad.
Hay ciertos hábitos ligados a la ansiedad que no podés usarlos como método de relajación. Entre ellos están: comer de manera desmedida, halarte el cabello, morder tus uñas y decir malas palabras.
Aunque parezcan un pequeño respiro ante la ansiedad, está comprobado que se convierten en recordatorios de la misma ansiedad, haciendo que el nivel de estrés no disminuya.
La ansiedad viene para desordenarte la vida justo cuando hay un montón de obligaciones por cumplir. Tu deber es planear y darles un orden a tus actividades.
La planeación y cumplimiento de cada acción propuesta te hará tener esa sensación de control que tanto necesitas para estar tranquilo.
Los estados emocionales negativos llegan con mayor facilidad a cerebros débiles. Tener buenos hábitos de sueño te dará mayor claridad y fortaleza.
Así mismo, te recomendamos hacer un poco de ejercicio, que además te ayudará a mantener un pensamiento positivo.
¡No importa si se viene un examen, un trabajo final o una tormenta! Con estos tips estás listo para asumirlos y combatir la ansiedad.
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